Tres lecciones que los escritores pueden aprender del póquer

Cada aspecto de la vida es una vía para el aprendizaje. Es posible que persiga muchos intereses: persiga sus sueños, cultive sus habilidades o gane dinero profesionalmente. Pero no importa cuán no estén relacionados estos esfuerzos entre sí, aún puede recoger y transferir las verdades de la vida a lo largo del camino. Esto es especialmente cierto para aquellos que trabajan con la palabra escrita, y este artículo analizará cómo jugar al póquer puede ayudarlo a convertirse en un mejor escritor. Aquí hay tres lecciones que los escritores pueden aprender del póquer.

Ser constante y disciplinado

El talento y las habilidades simplemente no son suficientes. Si quieres tener éxito en algo, tienes que ser disciplinado. En el póquer, no importa cuán hábil seas, debes desarrollar tu juego. Los buenos jugadores de póquer saben eliminar las distracciones y concentrarse para desarrollar una estrategia y desempeñarse bien de manera constante.

Del mismo modo, si desea tener éxito en la escritura, debe hacer el trabajo. Es posible que su fuerza de voluntad lo impulse a tener éxito, pero si no lo respalda con  buenos hábitos de escritura , su motivación pronto se agotará. Para hacer eso, asegúrese de asignar tiempo para escribir todos los días hasta que se convierta en un hábito sin esfuerzo para usted. Simplemente puede hacer minutos de escritura libre o escribir un diario, ya que puede construir su contenido una vez que haya cultivado el hábito.

Aprende a aceptar la derrota

Ganar es una experiencia emocionante, y una vez que lo hayas probado, sentirás que todo es posible. A veces, incluso puede estar tan seguro de que tiene un juego o un proyecto en la bolsa, solo para que las cosas se desmoronen muy rápidamente. En  términos de póquer , esto se llama bad beat, o cuando una mano particularmente fuerte termina siendo la perdedora. Pero una forma de aprovechar al máximo sus pérdidas, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, es aceptar que el fracaso es una parte integral de la vida. Te humilla y te obliga a pararte y quitarte el polvo antes de volver a intentarlo.

En el póquer, no puedes ganar todas las manos. Pregúntale a cualquiera que haya jugado alguna vez, y te dirá que primero tienes que perder antes de poder ganar y mejorar. Perder te ayuda a mejorar, pero si solo aceptas y aprendes de lo que hiciste mal. Asimismo, ningún escritor es inmune a la crítica y el rechazo. De hecho, los escritores exitosos ven el fracaso como  una necesidad . Usa las emociones que sientes después de cada rechazo como combustible para seguir escribiendo. Cuanto más rápido fracases, más rápido podrás descubrir por qué y mejorar.

Practique la toma de decisiones informada.

La vida tiene una forma de presentarte encrucijadas a cada paso. Sin embargo, solo puede decidir sabiamente si ha recopilado suficiente  información precisa  sobre una situación. No hace falta decir que también debe estar abierto a diseccionar nuevas ideas cuando surja la necesidad. De esa manera, puede confiar en los hechos y en su intelecto en lugar de simplemente seguir su impulso. Si lo hace, constantemente cultiva su confianza en sí mismo y nutre su capacidad para tomar riesgos calculados.

En un juego de póquer, debe sopesar los hechos presentados antes de tomar una decisión. Aunque un juego nunca es 100% seguro, si toma una decisión informada, puede tener más confianza en sus elecciones y aceptar fácilmente cualquier resultado. Mientras tanto, hay varios  procesos de toma de decisiones  que debe enfrentar al escribir, desde su género, audiencia y estilo de escritura, hasta sus envíos y solicitudes de publicación. Tienes que planificar tus movimientos, dependiendo de tus objetivos, y decidir usando la información disponible.

Las habilidades desarrolladas y los hábitos aprendidos del póquer se pueden transferir sin problemas a la vida cotidiana, especialmente para convertirse en un escritor exitoso. El mercado de la vida real puede ser difícil y es posible que tenga competencia a medida que avanza hacia la cima, pero con disciplina, humildad y decisión, ¡definitivamente es posible convertir sus aspiraciones en realidad!